La semana pasada fui a patinar sobre hielo. En Guatemala no hay nieve y mucho menos pistas de hielo, así que esta fue mi primera vez patinando. Y mientras todos se divertían, reían y platicaban, yo solo intenté no caerme mientras daba un pasito tras otro. Afortunadamente, tenía a la maestra más paciente del mundo y eso hizo las cosas más fáciles y después de 2 horas de clases, al menos ya podía moverme, lentamente, pero ya podía. Read More